La vida es un libro en blanco, tú escribes tu historia

La vida es un libro en blanco, tú escribes tu historia

jueves, 8 de enero de 2015

Carta al que fue mi amigo

Todos hemos tenido un amigo o una amiga que ha traicionado nuestra confianza. Esta es una carta basada en mi experiencia personal, pero con la que, debido a su generalidad, muchos os sentiréis identificados. 
Estimado, por decir algo, amigo, también por decir algo
Si me decido a escribirte estas líneas, no es más que para que sepas que has roto lo más valioso que te había dado. Mi confianza. Por desgracia un día te conocí, y por uno u otro motivo decidí confiar en ti. Todos cometemos errores y de los últimos tiempos tú eres uno de los más grandes. Pero antes de seguir escribiendo, quiero dejar algo claro. No te estoy escribiendo desde la rabia momentánea o el impacto de saber que has decidido romper mi confianza. Ese momento ya lo pasé, y ahora te escribo desde una cierta tranquilidad, aunque eso no quita que siga sintiendo una mezcla de rabia, odio y rencor. Lo que te quiero decir con esto es que mis palabras son meditadas, que no las achaques a un mal momento.
Aún recuerdo cuando nos conocimos, cuando empezamos a hablar, a vernos, a quedar. A quedar para pasar la mañana y volver a casa a las tantas. A quedar para cenar y acabar de discoteca. A saber que el otro estará al otro lado del teléfono, aunque sea la una y media de la madrugada. Ya ves. Una serie de errores que han llevado a la situación actual. O tal vez no, nunca lo sabré ya que creo que nunca entenderé el motivo por el cual decidiste traicionar mi confianza, amigo.
Hay quien dice que una ruptura, sea amorosa o amistosa no debe empañar todos los momentos vividos anteriormente. Yo por desgracia no soy de esa opinión. Al menos no en casos como este. Ya que, si esta vez te ha dado exactamente igual la confianza que habíamos depositado el uno en el otro, ¿quién me garantiza que no ha sido el caso otras veces? ¿Que lo que yo te he contado no lo has ido contando después? ¿Que las risas tontas y las conversaciones no eran más que una fachada para luego reírte de mí? ¿Me lo garantizas tú? Lo siento, pero ya no puedo creerte. Ya no puedo creer en alguien que me ha traicionado, olvidando o más bien obviando su compromiso por maldad, egoísmo o cual sea el motivo. Tal vez una mezcla de ambos. 
Tal vez pienses que esto no es más que una exageración, que lo estoy sacando todo de quicio y que no es para tanto que estés dispuesto a jugar con los demás, cuales marionetas. Bueno, una vez más lamento no ser de tu opinión. Tal vez para ti no fuera el caso, pero para mí eras uno de mis mejores amigos. Uno de esos a los que puedes contar prácticamente todo. Uno de esos a los que les das lo más valioso: tu confianza. Y tal vez precisamente por eso, por ser de los pocos amigos en los que confiaba casi ciegamente hoy me duele más tu golpe.
No, no voy a llorar. Pero no será por falta de ganas. Creo que me sentiría mejor si lo hiciera, pero por desgracia lo que siento ahora mismo no son exactamente ganas de llorar sino rabia, rabia por haber confiado en la persona equivocada, rabia por haber sido tan tonta. Y sobre todo rabia porque has conseguido sacar lo peor de mí, que le desee mal a alguien, en este caso a ti. Me odio por ello pero no puedo evitarlo, no sentiría pena si te pasara algo malo. Y no, no voy a provocarlo. No creo que tenga las fuerzas para llevarlo a cabo, pero sobre todo, no creo que tenga las fuerzas para volver a hablar contigo o a verte para conseguir dicho objetivo.
Tal vez, si por casualidad aún te queda algo de, no sé si llamarlo conciencia, te preguntes si esto tiene marcha atrás. No te voy a contestar con un “no” rotundo, siempre tiene que quedar la puerta abierta a la esperanza. No obstante, no te puedo negar que va a ser una tarea casi imposible. Porque difícil es darle tu confianza a alguien, pero mucho más difícil es volver a dársela a alguien que la ha roto. Si pese a todo quieres intentarlo, el principio del camino es bastante obvio: pedir perdón, y demostrar con actos que es un perdón sentido. Después, si nuestra amistad tiene arreglo solo lo podrá decidir el tiempo.
Un saludo

viernes, 13 de diciembre de 2013

Enamorarse

Enamorarse. Ver el mundo con otros ojos, de otro color. De un color más bonito.
Enamorarse. Querer gritar al mundo tu felicidad, la vuestra.
Enamorarse. Que un minuto sea una hora, y una hora un minuto
Enamorarse. Esa sonrisa fácil, tonta, sin motivo.
Enamorarse. Echarse perfume antes de salir a verle, siempre.
Enamorarse. Perderse y encontrarse
Enamorarse. Ceder cada uno un poco.
Enamorarse. Perderse y no encontrarse
Enamorarse. Una pelea tras otra.
Enamorarse. Que tu mejor amigo sea tu diario, lleno de lágrimas
Enamorarse. Olvidar...

Enamorarse. Ver el mundo con otros ojos, de otro color...



Y bueno, con esta entrada marco mi vuelta al blog. Me hubiera gustado que fuera algo más alegre, pero tenía este texto a medias y cuando me he puesto con ello, así ha quedado. No hay que pedirle explicaciones a la musa de la inspiración...

Supongo que cada cual le habrá dado su significado. Hay veces que es mejor guardar la opinión, en un rincón de la memoria. Aunque si alguien quiere compartirla, para eso están los comentarios :)


lunes, 20 de mayo de 2013

Acércate,aléjate



Acércate, aléjate
Ya no sé ni si te quiero ver
Cuándo no estás, anhelo tu presencia
Cuándo te tengo, quiero que desaparezcas

Te amo, te odio, soy
Simple y llanamente
Un mar de dudas
Cuyas preguntas y respuestas salen de ti

lunes, 13 de mayo de 2013

La felicidad

A veces, me pregunto si el hombre está realmente preparado para ser feliz. Entiéndase hombre como ser humano, porque estas cuestiones afectan tanto a hombres como a mujeres, a mayores y a niños, a pobres y a ricos. Tal vez aquí alguien tenga ganas de pararme y decir: "Perdona, creo que te equivocas. La cuestión de la felicidad afecta mucho más a unos que a otros. Un rico lo tiene mucho más fácil que un pobre para ser feliz" ¿En serio lo creéis? A ver, no vamos a negar lo evidente: si no tienes comida para tí y tu familia, dificilmente vas a poder preocuparte de ser feliz. Pero una vez cubiertas las necesidades básicas, una casa, ropa, comida... ¿En serio pensaís que el dinero trae la felicidad? Yo no puedo estar más en desacuerdo. Como diría la cantante Rosana: Voy a hacer una fortuna con lo mucho que te quiero, lo que más vale en el mundo no se compra con dinero. Y los estudios sociológicos están de mi lado, a partir de una cantidad de dinero no muy elevada, cada euro extra aporta muy poca felicidad. Pero dejemos eso a un lado, que no es más que una desviación del tema. Volvamos a lo que me preguntaba al comienzo de esta entrada: ¿Está el hombre preparado para ser feliz?

A primera vista puede parecer que sí. Todos buscamos la felicidad, de uno u otro modo. Y eso se debe a que la felicidad es algo bueno para nosotros, ¿no? Y si es algo bueno, entonces será que estamos preparados para ello. Si no, no sería bueno para nosotros. Esa idea parece razonable. Muy razonable incluso. Tanto que me dan ganas de acabar aquí esta entrada y ponerme a buscar la manera de ser feliz. Y sin embargo, hay algo en mí que me reconcome, que me obliga a seguir escribiendo. Algo que parece ir en sentido contrario a todo lo dicho anteriormente. Algo con lo que además, por desgracia, a veces me identifico. Estoy pensando en la gente que no busca la felicidad. Aquí otra vez quién todavía esté leyendo este post tendrá ganas de decirme: "Perdona, pero creo que te equivocas (otra vez). Todo el mundo quiere ser feliz. ¿Acaso conoces a alguien cuyo objetivo en la vida sea ser infeliz?" A ver, está claro que no. Nadie (que yo sepa) tiene como objetivo en la vida ser infeliz. Pero actúan (o actuamos, como ya he dicho antes, por desgracia a veces formo parte de ese grupo de personas) como si no quisieran ser felices. Siempre buscando el lado negativo de las cosas, siempre viendo llegar nuevos problemas en vez de disfrutar de las alegrías de la vida. Entiéndase que me refiero a personas sin problemas graves, está claro que hay casos en los que por un motivo u otro es muy dificil ser feliz. Si esas personas sin problemas graves quieren ser felices (hemos dicho antes que en principio nadie quiere ser infeliz), ¿por qué se comportan así? Tal vez no sepan ser felices, o no estén preparadas para ello.

En fin, a todxs lxs que hayais llegado hasta el final de esta entrada, gracias por leerla. La verdad es que quería retomar el blog, he encontrado esta entrada en la que había una frase escrita y la he continuado, no tenía intención de escribir una entrada filosófica, pero es lo que ha salido. No dudeís en comentar, si os ha gustado, si no os ha gustado, si quereis dar vuestra opinión sobre el tema... Y no dudeís en suscribiros para que las próximas entradas os lleguen directamente al email. Os dejo aquí la canción de Rosana a la que me refiero en este texto: http://www.youtube.com/watch?v=PNJPndVfZ4w

lunes, 13 de junio de 2011

La caja y los recuerdos

Una tarde de domingo, ante la imposibilidad de salir a la calle por el calor abrasante y el aburrimiento creado por la insoportable película de amor eterno de la televisión, Ámbar decidió abrir su caja.
Era una caja vieja, y no especialemente decorativa, que había guardado durante años sin atreverse a levantar la tapa. Ya no recordaba ni lo que había dentro, solamente sabía que una buena parte de sus recuerdos estaban escondidos allí.
La abrió poco a poco, como si temiera que algún monstruo escondido la atacara por atreverse a molestarle. Cuándo por fin consiguió quitar la tapa y mirar, descubrió diversos objetos, escondidos en bolsas, mas o menos cubiertos de polvo : Tarjetas de restaurantes, billetes de tren, alguna estatuilla que había comprado de recuerdo de algún viaje, fotos con las amigas del instituto, una flor seca, unos rotuladores, y algún folleto de alguna que otra actividad cultural. Una vez hubo sacado todo eso de la caja, la sacudió boca abajo para verificar que no quedaba nada en ella, antes de atacar la porqueria con una balleta humeda. Entonces, cayó al suelo un cartón, y detrás de el, unos papeles medio rotos. Era el doble fondo, que ella misma había creado para que sus padres no hurgaran.

Entre los papeles descubiertos, leyendo con dificultad la marca del lápiz borrada por los años, Ámbar constató que lo que hacía unos años le parecía "super-secreto ultra-privado" no eran mas que tonterias que no valía la pena recordar. Estaba a punto de tirar todos esos papeles al contenedor de reciclaje cuándo su mirada se fijó en una carpeta que, en su día, debió de ser roja o rosa.

En su interior, unas fotos de jovenes en la piscina, en un salón, jugando a las cartas. De repente, se dio cuenta de que era todo aquello: eran las fotos de aquel club de vacaciones, en Marsella. Aquel verano...había sido uno de los mejores de su vida, había conocido a un montón de gente y sobre todo, había conocido al que fue su primer amor. Conteniendo sus lágrimas, Ámbar fue cogiendo y observando detenidamente cada una de las fotos amarillentas, cuyas esquinas estaban torcidas por el tiempo. En el dorso de una de ellas ponía: Nos volveremos a ver. Ámbar ya no pudo mas: dejo que sus lágrimas cayeran, recordando que hacía quince años de aquello...

sábado, 20 de noviembre de 2010






Una rosa



Una rosa es lo que guardo de aquellos días pasados, de nuestros paseos sobre la hierba, de tus caricias a mi lado. Una rosa, que cada vez que la veo me recuerda ese pasado. Una rosa que me regaslate aquel día de San Valentín, que ahora me hace sufrir; pero que no quiero tirar porque me recuerda a tí...

miércoles, 24 de marzo de 2010

Por algo hay que empezar...

Hola a todos me llamo Idaira (no es mi verdadero nombre pero para internet sirve).No voy a hacer ninguna presentación ya que dudo que pueda interesar a los internautas y además no me gusta dar datos personales. En este blog voy a poner pequeñas historias,quizás un libro por capítulos,en fin ya veré dependiendo de la inspiración que tenga...También pondré entradas para que recomendeis libors,películas,canciones...
Creo que eso es todo,espero que os guste y si teneis algo que decir ( bueno o malo)dejad un comentario.
Idaira